EL MUNDO QUE YO NO VIVA.
CARTAS DESDE ESTA TIERRA. antonio aguilera vita
29 de junio 2012.
Mi querido amigo Axil:
Parece que este país no tiene arreglo y, si lo tiene, han debido perderse las herramientas. Pero ¿por quiénes nos han tomado? ¿Tan imbéciles parecemos como pueblo? ¿Tan lelos? ¿Es que nos vamos a tragar la crisis que nos han inventado otros (y no me refiero a extranjeros) colocándonos el cilicio en la cintura y flagelándonos la próxima Semana Santa en las procesiones de Zamora (digo, es un decir, como podría haber dicho de algún otro sitio castellano de las que se las toman en serio)? ¿Qué culpa tenemos nosotros de la ambición, la codicia, la avidez de aquellos que tienen la desfachatez, además, de haberse puesto ese nombre colectivo de "los mercados", ocultando así sus nombres y apellidos quizá para evitar la guillotina? ¿Qué culpa de que sus especulaciones sin límite les hayan conducido a un callejón sin salida, como por otra parte era de esperar, cuando lo único a lo que juegan es a ganar dinero jugando con el dinero? Pero ahora resulta que somos nosotros, derrochadores, mal gastosos, que consumimos medicinas que el pobre estado ha de pagar y cuestan caras, que queríamos escuelas decentes con profesores preparados, que pretendíamos, qué soflama, qué impiedad, una educación personalizada, o cuando menos lo más cerca posible de las necesidades y capacidades de cada cual. Ahora somos nosotros los que pedíamos y pedíamos a los pobrecitos bancos para comprarnos casas y casas que ahora no podemos pagar y, pobrecitos bancos, los hemos dejado arruinaditos.
Menos mal que tenemos un presidente magnífico (super-guay del Paraguay) que, tras reprendernos convenientemente (a nosotros, por gastar por encima de nuestras posibilidades, y al anterior presidente, por habernos dejado arruinadas las arcas del Estado) ha conseguido unos préstamos que, al final, también tendremos que pagar nosotros (los pocos que todavía tenemos la suerte de cobrar un sueldo mensual, a saber por cuánto tiempo).
En fin, mi querido Axil, tú que estás ahora tan lejos de estas cuitas de los terrícolas, no podrás comprender hasta que punto se nos inflan las narices cuando escuchamos sandeces políticas, como las anteriores y muchas otras que poco a poco te iré desgranando (las de la víbora del patio te las contaré otro día, porque aún me corroe el veneno que me viene clavando en las venas los últimos meses y merece una misiva aparte y personal. Será la próxima, te lo prometo).
Suerte que aún existen algunas voces clarividentes que he tenido la fortuna de escuchar estos dos últimos días. Te recomiendo (y envío), mi querido amigo, tres joyitas que, al menos, pacifican el ánimo: una entrevista con Julio Anguita, ayer En días como hoy (http://www.rtve.es/alacarta/audios/en-dias-como-hoy/dias-como-hoy/1449094/, no sabemos para cuánto tiempo le queda a Juanra, vistos los cambios en RTVE, que me temo podrán convertirla antes del otoño en una teleRajoy, como Telemadrid se convirtió en TeleEspe), una entrevista esta mañana con Ernesto Kaiser, del que me apresuro a leer su Indecentes, un clarividente análisis de la crisis (http://www.rtve.es/alacarta/audios/en-dias-como-hoy/dias-como-hoy-descubrimos-indecentes-ernesto-ekaizer/1450132/), y una estupenda arenga del Gran Wyoming en Alcalá de Henares (http://vimeo.com/44577132), que, mucho más serio de lo que suele ser, escúchala y verás por qué, pone los puntos sobre muchas íes.
Mi querido Axil, continuaré, en otro momento, no te dejaré. Te iré dejando aquí mis cuitas, mis lloros y mis alegrías. Te hablaré desde este mundo que yo no viva que le robé, como verso, quedamente a mi admirado Agustín García Calvo. Ten salud, en tu viaje de vuelta intelestelar. No nos eches de menos.
Menos mal que tenemos un presidente magnífico (super-guay del Paraguay) que, tras reprendernos convenientemente (a nosotros, por gastar por encima de nuestras posibilidades, y al anterior presidente, por habernos dejado arruinadas las arcas del Estado) ha conseguido unos préstamos que, al final, también tendremos que pagar nosotros (los pocos que todavía tenemos la suerte de cobrar un sueldo mensual, a saber por cuánto tiempo).
En fin, mi querido Axil, tú que estás ahora tan lejos de estas cuitas de los terrícolas, no podrás comprender hasta que punto se nos inflan las narices cuando escuchamos sandeces políticas, como las anteriores y muchas otras que poco a poco te iré desgranando (las de la víbora del patio te las contaré otro día, porque aún me corroe el veneno que me viene clavando en las venas los últimos meses y merece una misiva aparte y personal. Será la próxima, te lo prometo).
Suerte que aún existen algunas voces clarividentes que he tenido la fortuna de escuchar estos dos últimos días. Te recomiendo (y envío), mi querido amigo, tres joyitas que, al menos, pacifican el ánimo: una entrevista con Julio Anguita, ayer En días como hoy (http://www.rtve.es/alacarta/audios/en-dias-como-hoy/dias-como-hoy/1449094/, no sabemos para cuánto tiempo le queda a Juanra, vistos los cambios en RTVE, que me temo podrán convertirla antes del otoño en una teleRajoy, como Telemadrid se convirtió en TeleEspe), una entrevista esta mañana con Ernesto Kaiser, del que me apresuro a leer su Indecentes, un clarividente análisis de la crisis (http://www.rtve.es/alacarta/audios/en-dias-como-hoy/dias-como-hoy-descubrimos-indecentes-ernesto-ekaizer/1450132/), y una estupenda arenga del Gran Wyoming en Alcalá de Henares (http://vimeo.com/44577132), que, mucho más serio de lo que suele ser, escúchala y verás por qué, pone los puntos sobre muchas íes.
Mi querido Axil, continuaré, en otro momento, no te dejaré. Te iré dejando aquí mis cuitas, mis lloros y mis alegrías. Te hablaré desde este mundo que yo no viva que le robé, como verso, quedamente a mi admirado Agustín García Calvo. Ten salud, en tu viaje de vuelta intelestelar. No nos eches de menos.
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