ENTRETANTO, OPINO:
CINCO RAZONES PARA VOTAR A PODEMOS.
A falta de unos pocos días para las elecciones generales, me
gustaría reflexionar sobre mi voto con algunos argumentos, por si pudieran
valer para cualquier otra ciudadano que aún esté indeciso o, simplemente, haya
decidido no ir a votar. Reconozco que habiendo sido votante de EQUO en las
anteriores elecciones generales, esta vez, me lo han puesto fácil, EQUO forma
parte de la coalición PODEMOS. Pero al margen de dicha obviedad, lo cierto es
que me gusta las más de las veces justificar mis decisiones. Así que se me han
ocurrido unas cinco razones para votar a PODEMOS.
1ª) De las formaciones mayoritarias que se presentan en
estas elecciones, sólo dos, CIUDADANOS y PODEMOS, no han pasado aún por el
parlamento español, no han gobernado en sus instituciones y, por tanto, son una
incógnita sobre lo que pueden o no hacer. Esto que para algunos es una
desventaja, para mí es lo contrario. Ya conocemos cómo se las gasta el PSOE, el
PP, con mayorías absolutas o sin ellas. Ya conocemos el grado de satisfacción
que puede llegar a tener IU con tal de mantener una pequeña cuota de poder a
las sombra de los grandes. En mi caso, los partidos nacionalistas no cuentan,
porque ni me interesa el nacionalismo territorial (reminiscencias de ideas
pequeño burguesas y decimonónicas que suenan poco menos que absurdas en un
mundo capitalistamente globalizado -la lucha por la diferencia, creo, debe ir
por otros derroteros que el de crear cortijillos a políticos iluminados), ni
tengo acceso a estas opciones.
2ª) Una vez afirmado que lo nuevo en estos momentos, no
puede ser peor que lo ya conocido en el ámbito político de nuestro país,
descarto a CIUDADANOS, por representar el discurso de un neoliberalismo con la
cara lavada de la corrupción de los dos grandes partidos de gobierno. No es mi
idea de sociedad, ni de país, ni de política. Aparte de que sus actuaciones
concretas en determinadas autonomías como la de Madrid (en la que vivo) o la de
Andalucía (de la que procedo), han llevado a perpetuar a la clase política
establecida sin prácticamente exigencias a cambio.
3ª) PODEMOS, en teoría, surge de una idea muy especial, la
revuelta pacífica de aquel 15 de mayo, de donde recoge propuestas que, en
principio, son auténticamente democráticas: la devolución de la voz al
ciudadano a través de los círculos de los barrios y distritos, la decisión,
hasta un cierto punto, colegiada y colectiva, el recurso del referéndum tantas
veces como sea necesario, los mecanismos de consulta a la ciudadanía en temas
que le competen, etc. Que todo se haya articulado en torno a un líder es, para
mí, su punto débil, pero hasta en esto transijo, y quedo a la expectativa. Con
ello dejo bien claro, que no voto a PODEMOS por Pablo Iglesias, ni por hacerlo
presidente de gobierno. Si ha de ser él, porque así lo han decidido los
militantes, simpatizantes y círculos, porque reconozco su ingente trabajo de convicción,
me parecerá bien mientras responda a lo que se espera de él. Si no, es
intercambiable. Esta es (o debería ser) la esencia de la democracia.
4ª) Vivo en Madrid. La diferencia entre las políticas,
actuaciones, maneras y propuestas de la Comunidad (PP-CIUDADANOS) y el
Ayuntamiento (Ahora Madrid y PSOE en minoría), no pueden ser más abismales,
comenzando por el ahorro en gastos superfluos que los políticos hasta el
presente pensaban que les correspondía por derecho. No es así. Ahora Madrid
está demostrando poco a poco, conforme le van dejando los poderes fácticos de
esta ciudad, que se puede gobernar sin creer que ha sido ungido por decisión
divina (como hasta ahora todos los gobiernos municipales populares). Por vez
primera, como ciudadano, siento que puedo participar en la gestión de lo
público. A distancia, opinando, votando, proponiendo. Si esto es PODEMOS, huele
a democracia. A una vuelta a lo mejor de aquella democracia que inventaron los
griegos hace 2500 años.
5ª) Finalmente, a pesar de Pablo Iglesias, a pesar de las
concesiones que el programa de PODEMOS ha ido haciendo al sistema, he de añadir
también: porque reúne a su alrededor otros grupos como EQUO, activista ante
problemas tan graves como el cambio de sistema hacia una economía sostenible,
porque sus candidatos, con sus defectos y sus virtudes, son gente nueva, de
cierto nivel cultural, porque su discurso es claro, no frentista, abierto a
propuestas y a sugerencias, porque, a pesar de tener en contra todo un
entramado de medios de comunicación de masas afectos al régimen actual, sigue
generando una ilusión de cambio.
Tan sólo espero que esa ilusión no sea desilusión dentro de
cuatro años. En cualquier caso, hay una razón que resume todas las anteriores y
muchas otras que quedan en el tintero: porque los votantes de un partido como
PODEMOS, sabemos que, si no cumple, que si no se explica, que si entra en
corruptelas o apaños, que si acaba convirtiéndose en un elemento más de la
casta política, no sólo seremos capaces de censurar a sus políticos, sino de
reemplazarlos, criticarlos, expulsarlos del poder y sustituirlos por otros que
salgan de entre los ciudadanos mismos. Y si esa casta se encierra en una torre
de marfil, no tendremos ningún reparo en dejar de votarlos.